viernes, 24 de octubre de 2008

Una Historia para Contar

¿DONDE ESTAS CORAZÓN?
(Tango Canción)


Una Obra que desde que ingresó al repertorio de los intérpretes ha ganado su favor por su gran repercusión en el público, es sin duda "DONDE ESTAS CORAZÓN" perteneciente al maestro Luis Martínez Serrano y nuestro conocido Augusto Pedro Berto. ¿Pero quien era Luis Martínez Serrano?. Ahí comienza la historia que queremos contar, por considerarla por demás interesante.

Fue un músico y compositor de origen español, nacido en Barcelona el 17 de Diciembre de 1900 que, al igual que otros compatriotas suyos llevó a cabo buena parte de su carrera en América.
El residió con sus padres entre 1907 y 1923 en Buenos Aires, donde estudió música en el Conservatorio del diario La Prensa perfeccionándose con los grandes maestros Alberto Williams y Ernesto Drangosch.
Durante las actuaciones que cumplió en 1921 en la capital argentina, fue pianista de la famosa "cupletista" Teresita Zazá (Teresa Marval) que le estrenó varias de sus obras como: "Hijo mío", "Pajarito Cantor", "Presentimiento", "Mujercita mía" y "Pobre madre".
Después se radicó durante 5 años nuevamente en México desde donde emprendió varias giras en las cuales volvió tres veces a Buenos Aires y en una de ellas se radicó en Chile, por espacio de 12 años, y en 1943 asumió la gerencia de la Editorial PHAM de Méjico, país en el que falleció el 29 de Agosto de 1970.
Durante su primera estadía en Méjico, compuso la canción mejicana original ¿DONDE ESTAS CORAZÓN? para la revista México a la vista" puesta en escena en Diciembre de ese año en el Teatro Regis de la capital azteca, interpretada por el trío integrado por las hermanas Ascencio y Julia Garnica.
¿Como se originó entonces la participación de Berto en la autoría de la obra?. En 1927 este integró junto al violinista Remo Bolognini y el pianista Roberto A.Tacchi un trío que actuaba en las presentaciones de la companía teatral de Camila Quiroga con la cual llegaron a Méjico. Allí escuchó esta bella composición de Martínez Serrano con quien probablemente se conocieran de Buenos Aires y con quien convino hacer el arreglo como tango comprometiéndose a obtener su difusión a cambio de lo cual participaría en un 50% del producido de los derechos de autor.
Tal la explicación acerca de la "autoría" de Berto del tango "Donde Estas Corazón? que pertenece como canción mejicana integralmente al español Martínez Serrano.


domingo, 19 de octubre de 2008

Compositor de páginas Memorables

TALENTOSO RENOVADOR
(Armando Pontier)


Poner en el tocadiscos obras como “Trenzas” (letra de Homero Expósito), “Anoche” (Cátulo Castillo), “Margo” (Expósito), “El Milagro” (Expósito), “Tabaco” (José María Contursi), “Corazón, no le Hagas Caso” (Carlos Bahr), “Bien Criolla y Bien Porteña” (Expósito), “Cada día te Extraño más” (Bahr), “Milongueando en el 40” o “A los Amigos” es encontrarse con parte de lo mejor de la canción de Buenos Aires.

El compositor de tales páginas memorables es ARMANDO PONTIER, que nació en Zárate, el 29 de agosto de 1917, con el nombre de Armando Punturero. Debutó en la ciudad de Buenos Aires en 1937, formando en la fila de bandoneónes de la orquesta de Juan Elhert, que había sido su maestro de solfeo, armonía y composicíon.

Pasó luego, a la Orquesta de Las Estrellas, la inolvidable y estupenda típica de Miguel Caló, semillero de músicos de enorme trayectoria posterior.

El 1º de setiembre de 1945 debutó con su propia orquesta, cuya dirección compartía con Enrique Mario Francini. Los novedosos arreglos, la calidad de los solos instrumentales y el estilo evolucionista que muestran sus interpretaciones, erigieron a la agrupación Francini-Pontier en uno de los conjuntos de mayor jerarquía de su tiempo y de la historia del tango.

En 1955 –exactamente a diez años de su formación-, el binomio Francini-Pontier se desintegró, habiendo marcado un verdadero hito en la trayectoria de la interpretación tanguera. A partir de entonces, Pontier pasó a dirigir su propia orquesta, con la cual llegó al Japón.

Otros de los tangos surgidos de la inspiración de este destacado hombre de la generación del ´40 son: “A Zárate”, “¡Que Falta que me Hacés!”, “Poema de Arrabal”, “A la Guardia Vieja”, entre muchos más.


Personalidad artística - literaria de Diversos Matices

UNA VIDA DE ÉXITOS
(Enrique P.Maroni)


Enrique Pedro Maroni había nacido en la localidad bonaerense de Bragado, el 17 de marzo de 1887, y falleció en Buenos Aires el 30 de diciembre de 1957. Fué, además de poeta, compositor, autor teatral y locutor radiofónico (speaker, se le decía entonces).

Reunió su poesía en cuatro libros, a los que tituló “Arreando Sueños”, “Camino de Violetas”, “La humilde cosecha” y “Versos de Maroni”. En teatro produjo 53 obras, entre ellas, “Un Programa de Cabaret”, “Adelante los que Quedan” (ambas a medias con Pascual Contursi), “Los Gorriones”, “En la Puerta de un Boliche”. Como hombre de radio, trabajó en las emisoras Prieto, Mayo, Splendid y Rivadavia.

Entre sus muchos tangos se cuentan “Micifuz”, “La Borrachera del Tango”, “Cicatrices”, “Entre Sombras” (los cuatro con Adolfo R.Avilés), “El Poncho del Olvido” (Avilés y Orfeo Giúdice), “Chola” (Antonio Polito), “Compañero” (Juan de Dios Filiberto), “Hipólito Yrigoyen” (con música propia), “Me lo dijo el Corazón” (Enrique Maciel) y “La Cumparsita” (en colaboración con Contursi y música de Gerardo Matos Rodríguez).

En otros géneros, le pertenecen “Tortazos” (José Razzano, Luis Casaravilla Sienra), “Tradición Gaucha” (Ignacio Corsini), milongas “La Carreta” (Avilés), “Machaza mi Suerte” (Francisco Pracánico), zambas “Rosal de Amor” (Domingo Riverol), “Por una Mujer (Maciel), valses, etc.

Sin duda, el más célebre de sus poemas es “Apología del Tango”, del que dejó una estupenda grabación Azucena Maizani: Tango que me hiciste mal/ y sin embargo te quiero,/ porque sos el mensajero/ del alma del arrabal,/ No sé que encanto fatal/ tiene tu nota sentida,/ que en la mistonga guarida/ del corazón se me ensancha,/ como pidiéndome cancha/ al dolor que hay en mi vida”.


Un canto de despedida a Aquello que no pudo Ser

LA CHICA DE "EL ADIOS"
(Maruja Pacheco Huergo)


La muchacha –21 años en aquél 1937- se sentó al piano y...Mejor, nos lo cuenta ella misma: “Serían aproximada mente las dos de la madrugada, primavera en el tiempo, en la amplia sala mi madre y yo, ella tejiendo, yo, improvisando sobre el teclado algo que iba naciendo...

“Me gusta, terminala”, -dijo mi madre-. Sin darme cuenta, la obra quedó concluida. Mi madre volvió a decirme: “Que lindo si Ignacio Corsini pudiese escucharla”. Me entusiasmó la idea y me puse dar con el “Caballero Cantor”.

Corsini escuchó con atención toda la partitura, espontáneamente me dijo: “Tengo un amigo poeta, Virgilio San Clemente, él podría hacerle los versos”.

El 3 de febrero de 1938, Corsini llevaba al disco aquél tango de Maruja Pacheco Huergo (1916-1983) con letra de Virgilio San Clemente, titulado “El Adiós” (“Así tenía que llamarse: “El Adiós”, porque era un canto de despedida a aquello que no pudo ser”, refería la compositora).

De allí en más, lo grabaron no pocas de las voces célebres del cancionero universal: Alfonso Ortíz Tirado, Raquel Meller, Ranko Fujisawa, Pedro Vargas, Juan Arvizu, Fernando Albuerne y tantos otros.

Maruja (María Esther, en sus documentos) compuso otros tantos tangos: “Llámame”, “Tu Silencio”, “Tango del amor que Vuelve”, “Canto de Ausencia” (con Manzi), “Tango para una Madre” (con su esposo Ferradás Campos), etc. Y abordó inclusive, diversos géneros (Miguel de Molina lo popularizó en su tanguillo “El Sombrero de Jipi-Japa”), pero le bastó “El Adiós” para perdurar en la devoción popular.


Un rostro inconfundiblemente Misterioso

UN ANGEL DE ARRABAL
(Marlene Dietrich)


Fué el de Marlene Dietrich uno de los rostros más sensualmente enigmáticos de la historia del cine. Cuando el director Josef Von Sternberg buscaba, mediante fotografías, a la protagonista para “El ángel Azul”, exclamó al verla: “Hermoso trasero, pero necesita un rostro”, al conocerla personalmente, corrigió: “¡es el rostro que buscaba!”.

En ese mismo año (1930), Marlene estrenaba en Berlín “Johnny”, del pianista y letrista Friedrich Hollaender. Era una canción lenta, acaramelada, pero su temática delataba la típica sensualidad del tango a la europea.

Así lo comprendió Marlene mucho después, cuando lo entonó en 1954, en el Café París, de Londres, mientras a sus espaldas la orquesta de George Smith machacaba precisamente un ritmo de tango. Y como tango, la actríz –cantante lo grabó siete años más tarde, secundada por Burt Bacharach, y haciendo un derroche de sex-appeal capaz de descongelar al alemán más inconmovible.

Todavía hoy, cuando volvemos a escucharlo, la sensualidad de la Dietrich amenaza desbordar el surco del disco con aquellos versos que –según hemos traducido- dicen: “Johnny,/ cumplilos muy felíz;/ ¡que fiesta te darás/ juntito a mí!/ Johnny,/ las cuatro y media dan/ y temo que me voy/ a retrasar./ Johnny,/ la noche es de los dos,/ yo misma voy a ser/ mi obsequio para vos.../ Johnny,/ ¿por qué los cumplirás/ un día de algún mes/ y nada más?...”.

Esta mujer, que pasó fugazmente por el tango, nació el 27 de diciembre de 1901 (¿o de 1898?) y falleció el 6 de mayo de 1992. Demostró poseer, además de un “hermoso trasero”, un rostro inconfundiblemente misterioso. Las dos apreciaciones de Sternberg –erotismo y talento- se funden a la perfección en su versión de “Johnny”.


El autor del popularísimo tango "El ciruja"

ENTRE BACH Y AROLAS
(Ernesto De La Cruz)


Pese a que ejecutara el bandoneón, nada hacía sospechar que aquél jovencito –nacido en Concordia, Entre Rios, el 8 de septiembre de 1898 y radicado en Buenos Aires desde 1909- terminaría siendo intérprete y compositor de tangos. Su pasión ,por entonces, era la música clásica.

Pero, alrededor de 1920, la carrera musical de Ernesto Natividad de la Cruz dio el más inesperado giro. Acababa de componer un tango. Lo tituló “El Chinchorro”.

En 1923 estaba ya al frente de su Orquesta Típica. El debut de produjo en la Cervecería Alemana del Balneario Municipal, tres años más tarde componía uno de los clásicos de la música porteña “El Ciruja”, que estrenó en ese mismo 1926, mientras actuaba en el Café El Nacional, la letra de Alfredo Marino, fué entonada por el cantor Pablo Eduardo Gómez.

Ignacio Corsini fué el encargado de llevarlo al disco. Poco después hacía lo propio Carlos Gardel. De allí en más, sus tangos serían grabados por nombres de la talla de Juan Maglio “Pacho”, Agustín Magaldi, Rafael Rossi y muchísimos de los intérpretes tangueros posteriores.

Cuando lo conocimos, poco antes de que cumpliera 80 años, don Ernesto tenía en su haber unas mil composiciones, entre ellas, los tangos “El Batidor” (con Marino), “Los Bueyes” (Carlos de la Púa), “Hermano Tango” (Francisco Gorrindo), “De Frente” (Juan Carlos La Madrid), “Muchachada” (Lito Bayardo), “Cuando escucho un Tango viejo” (Julián Centeya), “El Poncho del Recuerdo” (Dante Linyera), “Es Inútil salvarnos” (Leopoldo Díaz Velez)...

Nos quedó, de la breve amistad que mantuvimos con el bandoneonista –breve porque falleció el 14 de noviembre de 1985-, el recuerdo de un ser humano humílde, noble y generoso. También inolvidable.


domingo, 12 de octubre de 2008

La Letra del Tango dentro de un Nuevo Estilo


UN GRAN OLVIDADO

(Armando Tagini)


Armando José María Tagini (1906-1962) es uno de los grandes olvidados del tango. Muy pocos estudiosos se han preocupado por rescatar su biografía y su obra; sólo conocemos un único trabajo importante al respecto, el de Gaspar Astarita.

Sin embargo, fué uno de los más importantes letristas del tango. Tanto que, cuando apenas contaba con 21 años, nada menos que Gardel le llevaba al disco “La Gayola”, “Gloria” y “Perfume de Mujer”. Pero, además de letrista fué también compositor y cantor, hizo sus primeras armas como intérprete vocal, por Radio Brusa en 1926 y continuó cantando hasta 1933.

Evidentemente, el letrista que había en él terminó por eclipsar al cantor de tangos, que por otra parte, nunca llegó a grabar.

Precisamente como letrista logró conciliar en sus obras lo descriptivo con lo romántico y abrió así paso a la lírica de Homero Manzi, que bien podría definirse como una evolución de la de Tagini.

A su inspiración se deben los versos de “La Gayola” (Rafael Tuegols), “Gloria” (Humberto Canaro), “Mano Cruel” y “Buey Manzo” (ambos con Carmelo Mutarelli), “Esponjita” (René Cóspito), “Marionetas”, “Misa de Once”, “Perfume de Mujer” (los tres con Juan J.Guichandut), “Brujería” (Elvino Vardaro), “El Recodo” (Alejandro Junnissi), “El Cornetín del Tranvía” y “Menta y Cedrón” (ambos con Oscar Arona), “La Marcha Nupcial” (Juan V.Clauso), “Bajo Fondo” (Ciriaco Ortíz) y tantos otros.

Si, Tagini es uno de los grandes olvidados. Algunos de sus tangos, sin embargo, han quedado en la galería de los clásicos y en el corazón del pueblo.


Un Poeta de Refinada Inspiración

LETRISTA COMPLETO
(Juan Andrés Caruso)

Juan Andrés Caruso nació en La Plata el 20 de septiembre de 1890 y murió en Buenos Aires el 1º de marzo de 1931. En 1917 inició su vinculación con el tango escribiendo la letra de “Cara Sucia” de Francisco Canaro.

Jorge Larroca, en su libro “San Cristóbal, un barrio olvidado” (Buenos Aires, 1969), da una nómina de los versos cantables compuestos por Caruso: sesenta tangos, doce valses, dos estilos, tres zambas, dos rancheras, una milonga, un pasodoble y una vidalita. Larroca aclara que su nómina no es completa.

Agreguemos que esas composiciónes más que de la inspiración del poeta son producto de la destreza del letrista. Por lo demás, Caruso –que inició su carrera literaria en el periódico “Hojas del Pueblo” de Bahía Blanca- fué autor de treinta y dos obras teatrales –cuya nómina aparece también en el mencionado libro de Larroca-, que lo mismo incluyen evocaciones históricas “El Tigre de los Llanos” (1924), “Juana de Azurduy” (1928) como piezas destinadas sólo a conquistar una fácil y rentable aceptación popular.

Con relación al tango “La Última Copa” cuenta Francisco Canaro en “Mis Bodas de Oro con el Tango” (Buenos Aires, 1957): Hallándome en París, en 1925 y siendo Caruso secretario-representante de la compañía Muiño-Alippi, me escribió pidiéndome música para un tango al que él pondría letra para ser estrenado por dicha compañía en el teatro Buenos Aires, en una obra de Julio F.Escobar titulada “La Última Copa”.

Correspondí gustoso al pedido del viejo y buen amigo de tantas horas, enviándole el tango que bauticé con el título de “La Pieza de Escobar”.


Una Figura dotada de Relieves Propios

UN VIOLÍN LEGENDARIO
(Ernesto "El Pibe" Ponzio)


Ernesto Ponzio (conocido como “El Pibe Ernesto”) fué una leyenda en vida. Doblemente célebre como músico y como guapo, pasó su existencia entre el escenario y la cárcel.

Había nacido el 10 de julio de 1885, algunos creen que en Buenos Aires, pero en ciertos documentos policiales consta su orígen uruguayo: “Ernesto Ponzio es oriental”, “reside en el país desde muy pequeño”.

En 1898 -con apenas 13 años- ya había compuesto su primer tango. ¡Y que tango! Como que se titula “Don Juan”, es decir uno de los clásicos de la Guardia Vieja. En 1899 conformaba su primer conjunto con el violinista Genaro Vázquez y el flautista Luis Teisseire. En 1902 comenzaba a ser huésped de los calabozos, un proceso por lesiones daba inicio a su extensa incursión por las cárceles.

En 1929 –a un año de cumplida su última reclusión, esta vez en el penal de Ushuaia –Carlos Gardel le grababa su tango “Culpas Ajenas”. Además de las composiciones citadas, el mítico violinista compuso “Ataniche”, “¡Quiero Papita!”, “Contraflor”, “¿De quién es Eso?”, “Contámela que te Escucho”, “El Taura”, “ Salute con la Tachuela”, “18 Kilates” (Tangos); “Avellaneda”, “Milonga de mi Barrio”, “Los Inmortales” (Milongas); “Tardes Pampeanas”, “Al caer la Tarde” (Estilos) y varias obras más.

La prisión interrumpió una y otra vez su actividad artística, fué por eso que nunca logró dejar en discos el sonido de su violín. Sin embargo, podimos oírlo en la película “TANGO” (1933), con su Orquesta Típica de la Guardia Vieja, cuya dirección compartía junto a Juan Carlos Bazán.

El 21 de octubre de 1934 abandonó para siempre su instrumento y su facón; la muerte lo había reclamado.

Nos dejó sus tangos y su leyenda.


Un sonido Inconfundible

UN GRANDE DEL VIOLÍN
(Enrique Mario Francini)


El hecho de que, desde 1958, haya sido primer violín de fila de la Filarmónica de Buenos Aires no quita que haya sido uno de los tangueros más auténticos. Es más, el caso de ENRIQUE MARIO FRANCINI se ha dado en otros músicos que supieron conjugar la música porteña con la clásica, desde Juan José Castro y los Bolognini hasta José Bragato y Fernando Suárez Paz.

Nacido el 14 de enero de 1916, luego de pasar por algunas orquestas como las de Juan Elhert y Argentino Galván, Francini integró la inolvidable y fundamental típica de Miguel Caló, semillero de virtuosos que a su tiempo, formarían sus propias agrupaciones de reconocida trascendencia. Entre ellos, Armando Pontier, con el que codirigió su primera orquesta, un conjunto de avanzada para la época que deleitó los oidos porteños durante una década.

Integrante de típicas evolucionistas, como lo fueron las de Galván y Caló, Francini podría estar al margen del movimiento de vanguardia. Así, en 1955, el OCTETO BUENOS AIRES que conducía Astor Piazzolla, lo contó entre sus instrumentistas. Posteriormente integró otras formaciones de indiscutible calidad, el septimino LOS ASTROS DEL TANGO –dirigido por Galván-, la orquesta LOS VIOLINES DE ORO DEL TANGO y el QUINTETO REAL.

Compuso sus tangos, valses y milongas –no pocos de ellos ya clásicos- “sólo con yuntas de lujo”, según sus propias palabras: Homero Expósito (“Oyeme”, “Azabache”, “Pedacito de Cielo”, “Ese muchacho Troilo”), Julián Centeya: (“Lluvia de Abril”, “La ví Llegar”), José Bahr: (“Mañana iré Temprano”) y entre los instrumentales “Tema Otoñal” y “Delirio”.

El 27 de agosto de 1978, se desplomaba en el escenario de CAÑO 14, mientras atinaba a decir “¡Mi violín!”.

Supo morir en su ley.


La Magia de un Creador


TALENTO Y MODESTIA
(Horacio Salgán)




El 15 de junio de 1916 venía al mundo, para fortuna del tango, uno de sus grandes renovadores, HORACIO SALGÁN. Contrabajista y saxofonista, además de actuar profesionalmente en calidad de pianista, se inició como integrante de varias agrupaciones, entre ellas la de Elvino Vardaro y Roberto Firpo. En 1944 conformó su orquesta inicial, por la que pasaron voces como las de Jorge Durán, Oscar Serpa y Edmundo Rivero.
En 1957, ya disuelta esta formación, optó por un brevísimo conjunto, que se completaba con la guitarra de Ubaldo de Lío. En 1960 se les sumaron Laurenz, Francini y Ferro –luego reemplazado por Del Bagno- para constituir el Quinteto Real.
Acerca de su estilo interpretativo de marcada tendencia renovadora, nos informó “Yo llegué a tener un lenguaje, que apareció como cierta manera diferente, sin proponérmelo. El amor que le tengo a la música hizo que no me haya acercado al tango con la idea de cambiarlo. Mi lenguaje apareció como algo distinto, personal, pero sin que yo me haya propuesto semejante cosa”.
En su faz de compositor, Salgán ha dado una basta obra, algunos de esos títulos son ya clásicos del género: “A fuego Lento”, “Don Agustín Bardi”, “Grillito”, “Tango del Eco”, “La llamo Silbando”, etcétera.
A propósito de sus inspiradas melodías, nos ha señalado: “Dios me provee de algunas ideas que recibo modestamente y las escribo como puedo. Para mí, todo lo que es inspiración llega de otra parte, no de uno mismo”.
Talentosísimo músico, Horacio Salgan exhibe, por otra parte, una increíble modestia, que es precisamente la modestia de los grandes.


Especialista en Milongas

UN CANTOR CON CARISMA
(Jorge Vidal)





Dos años transcurrieron para que JORGE VIDAL (realmente llamado "Orlando Vidal") le llegara la fama. Se había iniciado en 1946, cantando a dúo con Luis Peralta. Al tiempo continuó como solista, pero fué recién en 1948 cuando lo oyó Osvaldo Pugliese y no dudó en incluirlo como vocalista de su orquesta.
En ese mismo año accedió al disco –por supuesto, con Pugliese- con el tango de Benjamín Tagle Lara "Puente Alsina" que había sido un exito en la voz de Rosita Quiroga. La popularidad fué inmediata y a aquella grabación siguieron otros impactos como "Ventanita de Arrabal", "Barra Querida", "Vieja Recoba" y varias obras más que lograron ser recreadas por su voz.
En 1951 decidió retornar a la labor de solista, pero ahora con el cimiento del exito obtenido al lado del autor de "La Yumba". Debutó en Radio El Mundo, con el acompañamiento de las guitarras de Remersaro, Gatti, Moreno y Vila. Posteriormente fué elegido para protagonizar nada menos que a Carlos Gardel en un programa radial ("La Vida del Zorzal Criollo") y en otro televisivo ("Lo llamaban el Morocho").
Desde "Milonga Fina" y "La Vieja Serenata", con los que inició su labor discográfica como solista, una gran cantidad de 78 RPM y Long Plays hablan de su repercusión entre el público tanguero, repercusión que también obtuvo fronteras afuera del país.
La labor tanguística de JORGE VIDAL no se agotó en el canto; también es un inspirado compositor y le pertenecen páginas como "Cuando Yo me Vaya", "Sin Historia", "Palpitando el Escolaso", "Pa’las Sierras" y otras.
En su exitoso repertorio se destacaron siempre las milongas reas, de las que supo hacer creaciones incomparables, al infundirles su particular gracejo cachadoramente porteño, tan porteño como que nació en Caballito, el 12 de octubre de 1924.


sábado, 11 de octubre de 2008

El Tango en el Cine

EL "TANO FIORE" EN EL CINE

Francisco Fiorentino



Luego del estreno de la película "TANGO", primera filmada en el país, sonorizada por el sistema "Movietone" con incorporación del sonido en la película de celuloide y tras el exito de esa y otras que le siguieron de inmediato, se multiplicaron en distintos puntos, los intentos por abordar la realización cinematográfica por el nuevo sistema.
La pujante ciudad de Rosario tuvo su incipiente cinematografía sonora y a ello nos referimos en esta ocasión, a propósito de una intervención del "Gorrión" Fiorentino en uno de los emprendimientos allí encarados.
Corría el año 1937 y el 18 de Febrero se estrenaba en el cine Astral de la calle Corrientes, la película "VIEJO BARRIO" producida por el sello "N.I.R.A." bajo la dirección de Isidoro Navarro, autor también del argumento, con una duración de 78 minutos que fué filmada en un estudio instalado en la Avda Francia Nº 852, de aquella ciudad, siendo técnico de sonido Alberto R.Roca, escenógrafo el Arq. E.De Lorenzi que tuvo por colaborador al pintor escenógrafo J.Rolando, fotógrafo N.Dissie; Jefe de máquinas Domingo Scalzo, siendo procesada en laboratorios Cristiani.
El elenco estuvo integrado por Judith Peters, José Giorgi, Arturo Del Valle, Nicolás Dupuy, Apolo Ravasi, Pepe Isaza, secundados por Alfredo Bogado, José Teijo, Arístides Grimoldi, Silvio Guaragna, Raquel Iturbe y Emilio Karchheart.
El recordado "Fiore" que interpretó el tango que daba título a la película "VIEJO BARRIO" con letra de Ayala Gauna y música de José Sala, compartió la interpretación de los tangos con figuras locales como las cancionistas Juanita Larra, Argentina Rojas, los cantores Carlitos Lavalle, Ricardo Faglia y el dúo Talamo-Yuvone, mientras que la parte musical estuvo a cargo de la jazz "Chicaguito" y la típica de José Sala, autor además de la música del film y, que debemos recordar, es el mismo que años después llegaría a Buenos Aires con su orquesta y dos cantores, ellos son Alfredo Belussi y Carlos Yanel (Siro San Román).
Aparentemente en Rosario hay una copia del film, de otra publicación rosarina extraemos lo siguiente: ...en todo lo que se fimó (en Rosario) con la ilusión de crear aquí un centro de producción con más ingenuo entusiasmo que reflexiva estimación, de lo serio y difícil del intento, no hubo ninguna obra de auténtica significación. Casi todas ellas llegaron a las carteleras de Buenos Aires -Viejo Barrio se estrenó allí en el verano de 1937- pero no sirvieron para despertar interés acerca de las posibilidades que podría tener este movimiento cinematográfico rosarino, mantenido a lo largo de cerca de veinte años, para agregar más adelante, "Bien es cierto que aquí tampoco se preocupó ninguno de los que hicieron cine por atraer a los que lo hacían en Buenos Aires.
Salvo el recurrir ocasionalmente a algún artista o algunos técnicos procedentes de aquella capital, todo se hacía con los de casa y no muy organizadamente.
La improvisación desde el director a los intérpretes, fué la característica dominante.