martes, 5 de octubre de 2010

El Tango en el Septimo Arte

EL TANGO EN EL CINE

Tango (1933) Primer largometraje sonoro

Puede decirse que nustro cine se inició con tango; en 1897 -o poco después-, Eugenio Py filmó "Tango Argentino", que llegó a exhibirse en Europa. A fines de la primera década del Siglo XX, el mismo director rodó una serie de cortos con tangos de zarzuelas criollas y de Angel Villoldo, interpretados por el mismo. La falta de sonido se solucionaba sincronizando el proyector con un fonógrafo, cuyos discos correspondían a la mímica de la pantalla. En 1915, "Nobleza Gaucha" mostró el célebre Armenonville y, en el, las parejas milongueando tangos, aunque no sonara tango alguno. En el mismo año, el famoso "Negro" José A. Ferreyra filmó una producción cuyo título repetía el de un popular tango de Eduardo Arolas, "Una Noche de Garufa", en el que aparecía una orquesta de señoritas con sus silentes instrumentos.

En 1917 asomaban sus rostros a la pantalla, dos de los mayores intérpretes del tango cantado, Carlos Gardel e Ignacio Corsini -que paradójicamente no cantaban- en "Flor de Durazno" y "¡Federación o Muerte!" respectivamente. El mismo Corsini reapareció en 1922, haciendo pareja con otra voz tanguera, María Esther Lerena -para algunos, la inspiradora de "Malena"-. Siempre dentro de la temática tanguera se rodaron después: "La Muchacha del Arrabal" (Ferreyra - 1922), "Melenita de Oro", "La Maleva" (Ferreyra - 1923), "El Guapo del Arrabal" (Julio Irigoyen - 1923), "Galleguita" (Irigoyen - 1925), "Mi Último Tango" (Ferreyra - 1925), "Tu Cuna fue un Conventillo" (Irigoyen - 1925), "El Poncho del Olvido" (Ricardo Villarán - 1925), "El Organito de la Tarde" (Ferreyra - 1925), "De Vuelta al Bulín (Ferreyra - 1926), "En la Patria de los gauchos" (Arturo Mathon, célebre cantor pregardeliano, como director, argumentista y protagonista - 1927), "Muñequitas Porteñas (Ferreyra - 1931) cuyo afiche rezaba: "Primer film totalmente hablado", aunque se trató de una triquiñuela publicitaria: estaba sonorizada sólo parcialmente y a travéz de discos.

Flor de Durazno (1917) Film protagonizado por Carlos Gardel

Pero al cine tanguero le faltaba, precisamente, sonido de tango. Y se lo dió Eduardo Morera con los ya míticos cortos de Carlos gardel rodados en 1930, 15 interpretaciones, algunas no exhibidas por haber resultado defectuosas. Sin embargo el cine parlante tuvo su figura clave en Luis José Moglia Barth. Este director venía de agregar escenas sonoras -cabaret con orquestas y las voces de Virginia Vera y Patrocinio Díaz- a la vieja "Nobleza gaucha", realizadas por supuesto, con discos. Más tarde, realizó un intento sonoro de dos escenas con Amanda Ledesma, titulado "Consejo de Tango", que le sirvió de base argumental para "Tango", el primer largometraje sonoro de nuestro cine.

Tango, estrenada en el Real el 27 de Abril de 1933, mostraba un elenco tanguero impresionante integrado por Tita Merello, Alberto Gomez, Pepe Arias, Azucena Maizani, Mercedes Simone, Libertad Lamarque, Alicia Vignoli, El Cachafaz, y las orquestas tipicas de Ponzio-Bazán, Filiberto, Maffia, Fresedo, D'arienzo y Donato. Aún asi, Ricardo Hicken aseguraba que el primer largometraje sonoro fue su pelicula "Los Caballeros de Cemento", cuyo rodaje finalizó -siempre según sus afirmaciones- antes que Tango, pero que fue estrenada con posterioridad. Esto podría ser cierto, aunque no existe más información que las palabras del propio director. No obstante, lo importante es que, luego de la película de Moglia Barth, el tema tanguero seria uno de los principales del cine sonoro.

Dos secuencias del Film "Tango (1933) Izq. Alberto Gomez junto a Luis Sandrini - Der. otra vez el cantor Alberto Gomez en compañia de Tita Merello.

Por ejemplo, se filmaron algunas biografías como "Derecho Viejo"(1951), con Juan José Miguez interpretando a Eduardo Arolas, "Mi Noche Triste" (1952), en la que Jorge Salcedo encarnó a Pascual Contursi; los tres disímiles argumentos sobre el más grande de nuestros cantores: La Vida de Carlos Gardel (Hugo del Carril - 1939); Se Llamaba Carlos Gardel (Roberto Escalada - 1949) y El Morocho del Abasto (Rolando Chavez - 1950); Adiós Muchachos (1955), en donde el pianista Juancito Díaz interpretó a Julio Sanders, el autor del tango que le da titulo a la película, o El Último Payador (1950) con Hugo del Carril como el payador José Betinoti.

Cantores y cancionistas no tardaron en convertirse en improvisados -salvo casos excepcionales- actores y actrices. Asi tenemos en el celuloide, por ejemplo a:Hugo del Carril (La Cumparsita, La Calesita, Amalio Reyes, un Hombre), Ignacio Corsini (Fortín Alto), Roberto Quiroga (El Cantor del Pueblo), Charlo (Carnaval de Antaño, Puerto Nuevo), Libertad Lamarque (El Alma del Bandoneón, Besos Brujos, Gran Casino), Alberto Castillo (La Barra de la Esquina, El Tango vuelve a París, Un Tropezón cualquiera da en La Vida), Mercedes Simone (La Vuelta de Rocha), Azucena Maizani (Monte Criollo, Nativa), Virginia Luque (La Historia del Tango), Jorge Vidal (El Tango en París) y entre otros, Alberto Vila, Julio Martel o Angel Vargas, que repitió la experiencia de Gardel en cortos como -El Cuarteador y Tres Esquinas.

Gardel, entretanto, pasó al cine estadounidense, el que estaba empeñado en abarcar el mercado de habla castellana, y filmó las exitosísimas -Las Luces de Buenos Aires, Melodía de Arrabal, El Tango en Broadway, Tango Bar, El Día que me Quieras y otras. Estados Unidos ya había prestado atención a nuestro tango desde los días del cine mudo, con "Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis" (1921) en donde el mítico Rodolfo Valentino bailaba el tango con Alice Dominguez, o en "El Gaucho" (1927), con los cortes y quebradas de Douglas Fairbanks y Lupe Vélez.

Rodolfo Valentino - Toma del Film "Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis"

De allí en más, pudo oírse La Cumparsita en Leven Anclas, El Ocaso de una Vida, Una Eva y dos Adanes, Valentino, Alice, Celos en Leven Anclas, la italiana -El Baile- y la española -¡Atame!; Los ejemplos son interminables, hasta llegar a Al Pacino -Perfume de Mujer y Arnold Schwarzenegger -Mentiras Verdaderas- bailando al compás del conjunto estadounidense The Tango Project.

Uno de los Grandes Fraseadores del Tango

ROBERTO RUFINO
(La Voz Dramatica del Tango)


Escuchar a Roberto Rufino entonar María o La Novia Ausente o Malena o cualquiera de los tangos que había elegido para su repertorio, era advertir que ese tango iba desgranándose de apoco y que las palabras surgían por separado, sin dejar de integrar el todo que las reunía, con la fuerza propia que debían tener en su contexto.

Nació el 6 de Enero de 1922 en la calle Agüero nº753 -en pleno barrio del Abasto- Hijo de Lorenzo Rufino y Agustina Guirin, aunque en su partida de nacimiento figura el día en que fué inscripto, el 8 de ese mes y año. 1938 será el año clave de Roberto Rufino, Carlos Garay, representante de Carlos Di Sarli lo oyó cantar el tango de éste y Enrique Carrera Sotelo "Milonguero Viejo", se lo hizo saber a su representado y éste lo incluyó en su orquesta típica, con la que el cantor accedió al disco el 11 de diciembre de 1939, con el tango "Corazón" de Di Sarli y Héctor Marcó. La fama ya lo había tocado con su varita mágica y "a los 21 o 22 años, tenía un historial discográfico sin precedentes. En efecto, llegó a grabar junto a Di Sarli 46 páginas. Entretanto tuvo dos breves paréntesis, con las orquestas de Alfredo Fanuele (1941) y Emilio Orlando (1942), para retornar con "El Señor del Tango" en 1943.

Roberto Rufino en LR3

Fue uno de los grandes fraseadores del tango. En sus labios, las palabras cobraban vida por separado dentro de la letra.

Un año más tarde, se desvinculó de la orquesta que lo lanzó a la popularidad; era tiempo ya de probar suerte como solista. Debutó en calidad de tal, acompañado por su orquesta, que puso bajo la batuta de Atilio Bruni, en Radio Belgrano, donde se lo llamó "El Actor del Tango". Posteriormente dirigieron su agrupación acompañante Alberto Cámara -con la que grabó su primer 78 como solista, para el sello uruguayo Sondor en 1945- y Porfirio Díaz, con la que registró el segundo disco, en la Víctor chilena (1946).

Entre los años 1947 y 1950 volvió a convertirse en vocalista de orquesta ajena, las que dirigían Enrique Mario Francini, Armando Pontier y Miguel Caló, para continuar en calidad de solista entre 1952 y 1954. Durante los dos años siguientes, fué cantor de Roberto Caló, y luego siguió como solista, salvo breves intervenciones con algunos directores, como ser Enrique Mario Francini (1957), Armando Pontier (1961-1962), Aníbal Troilo (1962-1965) y Miguel Caló (1966), para registrar un (LP) larga duración. Resulta curiosa la breve labor de Rufino como cantante melódico, bajo el pseudónimo de Bobby Terré, con el que, puede decirse, no quedó precisamente en la historia. Como tal, realizó grabaciónes entre 1957 y 1960, alternando con su propio nombre como tanguero.

Sus actuaciónes en la sala mayor de Radio El Mundo, con la asistencia de público, fueron ocultadas tras una máscara, de modo que se lo presentaba como "El Enmascarado Bobby Terré"; no era cuestión de avivar a la gilada. Tuvieron repercusión en la época sus interpretaciones de "Adios Adios Adios...", "El Teléfono", "Vuelve", "Amor" y "La Luna y el Sol". Pero eso fue todo. Terré volvió a ser Rufino y Rufino no volvería a alejarse del tango.

Una tarea menos difundida que la de cantor, aunque no por ello ignorada, fue la de compositor y letrista. Es autor de numerosas obras, como "Muchachos, arranquemos para el Centro", "Eras como la Flor", "¡Como nos Cambia la Vida!", "Calla", "Destino de Flor", "Dejame vivir mi Vida", "La Novia del Suburbio", "Soñemos", "En el Lago Azul", "No Hablen mal de las Mujeres", "La Calle del Pecado", "El Clavelito", "Carpeta", "El Bazar de los Juguetes", "Los Largos del Pibe", "Manos Adoradas", "¡Que quieren...Yo soy Así!, etc. Entre sus colaboradores autorales -músicos y letristas- se contaron Roberto Casinelli, Manolo Barros, Mario César Arrieta, Marvil, Roberto Caló, Cholo Hernández, Julio Navarrine, Héctor Marcó, Horacio Sanguinetti, Reynaldo Yiso, Angel Cabral", Alberto Martínez, Alejandro Romay y otros. Sus últimos años fueron de incansable actividad. En 1997 fue declarado "Ciudadano ilustre de la Ciudad de Buenos Aires", y en 1998 "Ciudadano ilustre de la Cultura Nacional"


Era la culminación de su trayectoria, una culminación sin dudas , merecida. El 24 de Febrero de 1999, su corazón dejó de latir en la sala de terapia intensiva de la Fundación Favaloro. El 25 por la mañana, el pueblo despidió sus restos en el Cementerio de la Chacarita, entonando aquél tango que tanta veces su modo de decir había desgranado palabra por palabra, como para que no se perdiera el sentido de lo que había escrito el autor: "Malena canta el tango como ninguna..."; Acaso sólo faltó una cosa, haber dicho Rufino en lugar de Malena.